Así como el país impone políticos autoritaritas, así como el país convoca médicos destacados, así como la patria resalta a ideólogos, militares, diseñadores, reinas... así mismo el país exige educadores pertinentes que formen todas las profesiones antes dichas, porque un país sin educadores realmente competente es un país que se somete a depender de la suerte.
Si analizamos la realidad de hoy en forma crítica, podemos decir que hay ciertos conflictos que determinan los rumbos de la educación. Porque sé que ninguno de los aquí presentes ignoramos la falta de recursos educativos, el alumnado heterogéneo y sin objetivos claros, la desarticulación del sistema educativo, las sociedades ambiciosas y menos consientes, los gobiernos donde es más importante la guerra que la educación, el mal empleo de los consumos culturales, pero es aquí en medio de estos conflictos, en medio de esta problemática donde nace el maestro pertinente recuerdo una cita de Roberto Magni Silvano que dice No hay destino digno sin cultura nacional, no hay cultura nacional sin valores, no hay valores si no hay docentes capaces de vivirlos para poder enseñarlos...
Es muy difícil realmente trabajar bajos estos parámetros pero lastimosamente es así bajo esa mirada crítica que se encuentra los maestros faltos de motivación, sin objetivos sociales claros, sin un sentido de pertenencia hacia su profesión dejándose afectar por salarios bajos y el mundo cambiante, no estoy diciendo que debemos conformarnos con esta problemática de trabajar con las uñas, si no que ser maestro es algo complejo y maravilloso que no se deja agobiar por estas adversidades; es un ser que partícipa en la creación, formación y realización armónica y plena de los seres humanos y de la sociedad en la que ejerce.
Implica mucho más que laborar en una escuela, donde se asiste día con día para desempeñar las funciones docentes. Más que ser una persona con vocación, a la cual le gustan los niños.
un verdadero maestro trabaja en el contexto en el que se situé y contribuir transformaciones benignas en la sociedad porque
“Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros”.
Como se que en cada uno de nosotros los aquí presentes guardamos esa pertinencia se que también nos hemos preguntado cómo llegar a perfeccionarla a pulirla, pues nosotros en medio de nuestra practica hemos realizado una mirada, encerrando características claves de un perfil especifico de docentes idóneos,
El maestro debe tener la habilidad de observar, contextualizar y diagnosticar el mundo circundante, y tener una mirada crítica, objetiva, deductiva y real frente a él, aceptar desafíos con responsabilidad y perseverancia, ser auto conocedores de sí mismos con aperturas al cambio, a la renovación permanente, a la innovación y al aprendizaje constante. Un maestro es un ejemplo de vida, modelo de virtudes, un ser con vocación de servicio, con actitud de ayuda que contagia con su impulso alegría y entusiasmo, siempre dispuesto a trabajar con equidad, justicia y amor por lo que realiza, promotor de la excelencia y del liderazgo; Un maestro escucha y tiene altas expectativas de sus alumnos, Nunca los ridiculiza, consigue que sus alumnos participen activamente en el aula por lo que forja espíritus fuertes, triunfadores, haciendo surgir en sus alumnos altas virtudes y potencialidades, que invitan al auto aprendizaje y al descubrimiento de seres pertinentes. Entiende que la indisciplina y el desinterés comienza cuando el alumno deja de aprender,
“Quien pretende educar se convierte en responsable del mundo”.
Pero esto no es todo el maestro pertinente es quien crea alianza y se unifica con los demás docentes, porque seamos realistas todos no tenemos este mismo grado de potencialices, siempre necesitaremos del consejo, ayuda y colaboración de nuestros colegas, pero esto no implica sobreponerse ante los demás, ni minimizar el trabajo de los mismos compañero. Implica trabajar junto a ellos mancomunadamente; quisiera terminar con una reflexión:
ASAMBLEA EN LA CARPINTERIA
"Cuentan que en la carpintería hubo una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas; cada una expuso los desagrados que sentía por las otras. Del martillo se quejaban por lo ruidoso, del tornillo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo, de la lija se hizo ver que era áspera en su trato y del metro, que media a todos según su medida.
En eso entró el carpintero y empezó su trabajo. Usó cada uno de los elementos hasta que esa tosca madera se convirtió en un fino mueble.
Cuando buscamos defectos en los demás siempre la situación se torna negativa y densa. Es fácil encontrar defectos. Cualquiera lo hace, pero encontrar cualidades, eso es para los buscan algo más, los que ven más allá. Sin la menor duda hay muchas deficiencias en la carpintería como en la educación, pero qué placer para el carpintero cuando ve su obra terminada !."
Seamos carpinteros con miradas distintas y tendremos muchos finos muebles.
Carpinteros hay muchos, actualizados o tradicionales, comprometidos o desinteresados. Pero todos con una gran finalidad el de educar.
Andrea romero.
